Otras pinceladas de realidad y fantasía y algún agradecimiento.

03.02.2021

     Tanto Xakura como mi alter ego real reparten su residencia entre la ciudad de Madrid y las afueras de esta ciudad, en una localidad de la sierra de la provincia de Madrid, cerca de un pueblo abandonado en el que, por las noches, los búhos susurran cuentos y misterios a las estrellas, y Xakura escucha a escondidas oculta entre las sombras de la ventana de su alcoba, tomando buena cuenta de sus cuentos, que le sirven de inspiración.

     Mi gran pasión secreta siempre fueron las letras, y devanar historias que hicieran vivir sueños a mí misma y a otros. La vida sin fantasía, a fin de cuentas, es aburrida realidad; demasiado gris. Y a mí me encanta el arco iris.

     La figura de Xakura surgió instigada por uno de mis mejores amigos de juventud, quien creyó que de mi desbordante fantasía podía dar pie a una buena historia. Así lo hice, y él, paciente, ejerció de primer lector para muchos de mis primeros escritos, mientras me animaba a seguir escribiendo y creando.

     Con el paso del tiempo, y de forma casi accidental, me encontré con otro compañero de camino, uno cuya sabiduría a partir de entonces iluminó mis noches más oscuras, rompiendo las cadenas que me ataban y que me impedían ser totalmente libre para encadenarme a otras realidades que él me procuraba y que yo aceptaba de buen grado disfrutar, porque no hay nada más liberador que el consentimiento, ni nada más adictivo que disfrutar del conocimiento que te brinda un buen maestro. Gracias, maestro, pues vuestras perlas de sabiduría pintaron en colores el gris de mi ignorancia, logrando que mi fantasía brillase con luz propia.  

     Ni qué decir tiene que, como Xakura, me encantaría seguir contando historias, y más aún que estas os hagan vibrar a su son, mis ávidos lectores de emociones, porque, como decía el ilustre Calderón de la Barca, "La vida es sueño, y los sueños, sueños son". Pero, ¿lo son? Quién sabe, ¿verdad? Tal vez solo sean otra realidad, el reflejo de lo que deseamos en la vida. Nada más y nada menos.

     En cuanto al presente inmediato, a mi faceta de Xakura, cuando tengo algo de tiempo, que no me sobra, la verdad, me gusta emplearlo en viajar por el mundo, en bucear en la Historia, ya sea pasada o en imaginativos trazos de lo que será el futuro. Me gusta desempolvar viejos libros y perderme entre las curiosidades de los anticuarios, porque soy una coleccionista nata y adoro comprar rarezas que llevar a casa. Una buena vida se hace a base de coleccionar interesantes experiencias, ¿no creéis? Contadme las vuestras, prometo responder.

     Por lo demás, soy una mujer a la que le encanta el verano, especialmente cuando tengo ocasión de perderme a orillas del mar Mediterráneo, pero tampoco me amarga el frío de otras épocas del año, pues me permite cobijarse de los rigores del invierno a la lumbre de un buen fuego, mientras me distraigo contando o escuchando una buena historia, rodeada de amigos, sean estos terrenales o los fantasmas que me visitan y pueblan mis mundos, y a los que ella brindo gustosa mi casa y mi fantasía para que, si así lo desean, moren cuanto deseen en ellas.

     ¡Ah!, y os voy a confesar una tontería: Me siento muy desnuda si salgo a la calle sin los labios pintado en tonos rojos. Me encanta ese color para mi boca, me hace sentir segura y una mujer muy sensual. Los labios en rojo son tan apetecibles y excitantes... Tentadores, ¿verdad?