Las crónicas de Gor (3)
Hablemos ahora de las kajiras. Este nombre, de fuerte aspecto nipón, es el que reciben las mujeres esclavas de Gor. Estas quedan sometidas no solo a sus dueños, sino también a una serie de elementos, y ahora es donde esto empieza a ponerse interesante, que definen su manera de vestir, su forma de hablar y hasta las posturas en las que deben colocarse, de forma muy similar a como sucede en el bdsm. Además, estas mujeres son marcadas y lucen collar, y pueden ser utilizadas por sus dueños como estos deseen, lo que, evidentemente, incluye lo sexual. Es esta cultura, este conjunto de reglas y normas, lo que resulta tan atractivo para la comunidad bdsm, hasta el punto de que existen miles de personas en todo el mundo que han hecho de la filosofía y cultura de Gor su estilo de vida.
Existen diferentes tipos de kajiras, por supuesto. Desde las destinadas a prostitución hasta las utilizadas como moneda de cambio o como obra de arte, pasando por artistas que hacen música y bailes para sus dueños, por cocineras o adiestradoras para las nuevas esclavas. Todas ellas, sin embargo, comparten una serie de obligaciones para con su señor, entre las que destacan mostrarle obediencia total, ejercer una búsqueda activa del bienestar de su señor (adelantándose a menudo a los deseos del mismo), aceptar cualquier castigo que su señor decida aplicarle, sea más o menos merecido, y defender siempre a su señor delante de otros. De ellas se espera además que se esfuerce por mejorar como esclava, para lo que debe procurar aprender nuevas danzas, nuevas posiciones o técnicas, o cualquier habilidad que pueda resultar placentera o deseable para su dueño.
¡Aquí
está la última entrega de nuestro especial sobre Las crónicas
de Gor! Hoy, después de haber
conocido un poco las peculiaridades y el contexto y trasfondo de la
saga, vamos a hablar de la relación entre Las crónicas de
Gor y el bdsm.
Para empezar, hay que recordar algunas de las premisas y de los elementos clave dentro del bdsm. No conviene olvidar que estamos hablando de unas prácticas que en todo momento son consentidas y acordadas por consenso entre ambas partes, algo fundamental y sobre lo que hemos hablado en esta página en muy numerosas ocasiones. El bdsm es, además, una práctica tremendamente variable y diversa, en la que cada relación establece sus propias normas y prácticas. Evidentemente esto contradice de forma tajante la existencia de esclavitud como tal, que es el papel que toman las mujeres en Gor. Conviene, sin embargo, recordar que en el bdsm ese papel es tomado con mucha frecuencia como rol. Las diferencias entre tomar el rol de un esclavo y ser un esclavo son tan evidentes que no vamos a dedicar espacio a explicarlas.
Cuando hablamos de las influencias de Las crónicas de Gor en el bdsm, lo cierto es que la esclavitud no es una de las fuentes de esas influencias, sino que hablamos más bien de cultura, filosofía y sociedad. En Gor, los hombres son dominantes y las mujeres sumisas, lo que supone un buen caldo de cultivo para una ambientación bdsm y da pie para una situación de esclavitud consensuada, que puede ser finalizada cuando así lo decida cualquiera de las partes involucradas.
Miles de mujeres en todo el mundo viven bajo esta filosofía, como kajiras. Sienten así que llevan un poco más lejos su relación bdsm y, a fin de cuentas, disfrutan con semejante rol.
Nuestro especial sobre Las crónicas de Gor llega a su fin. Ahora, amigos y amigas, es un buen momento para que busquéis algunos ejemplares de esta interesante y curiosa saga y os adentréis un poco más en el mundo de Gor. ¿Quién sabe? ¡A lo mejor en Gor encontráis inspiración para vuestras sesiones bdsm!