Herramientas básicas para practicar bdsm (2)

11.12.2023

Nueva entrega de nuestro listado de herramientas básicas para practicar bdsm, que tan buena acogida tuvo en su entrega anterior. En esta ocasión vamos a tratar de ir un poquito más allá para ofrecer algunos elementos menos convencionales pero no por ello menos excitantes. ¡Sujetaos fuerte!

Cruz o panel de inmovilización. Se trata de un elemento que permite inmovilizar las manos y pies de la sumisa, a quien podemos colocar tanto de frente como de espaldas, según deseemos. Esta postura, en especial combinada con una mordaza de bola, nos va a permitir anular por completo a nuestra compañera de juegos para tomar las riendas de la sesión. Si la inmovilizamos de espaldas contamos, además, con la ventaja de que tampoco podrá ver qué vamos a hacer a cada momento y estará en una postura perfecta para recibir azotes u otros castigos dolorosos. Esta herramienta, sin embargo, cuenta con dos inconvenientes: su gran tamaño, lo que lo convierte en algo engorroso y difícil de guardar, y un precio nada económico que puede estar entre trescientos y qinientos euros. Sin embargo existen mazmorras bdsm de alquiler que cuentan con ellos, ¡así que no hay excusa!

Collares. Toda sumisa que realmente se sienta como tal, tendrá el deseo de sentir los dedos de su Amo colocándole un collar en torno al cuello. Estos collares, sin embargo, pueden ser de tipos muy diferentes, destinados a diferentes usos. El más corriente es un collar similar a los de los perros (de hecho pueden ser collares de perros), utilizado en sesiones íntimas para, uniéndolo a una correa, tener mayor control sobre la sumisa. Sin embargo existen también otros collares mucho más discretos, unos collares o gargantillas que pueden tomarse por sencillos adornos, y que permiten que Amo y sumisa exhiban su particular relación en público sin que nadie más que aquellos que conocen el mundo bdsm se den cuenta de ello. Finalmente, y como algo llevado al extremo, existen unos aros metálicos que se colocan en torno al cuello de la sumisa y se sueldan, de manera que no puedan ser retirados. Esto, naturalmente, no es recomendable. Sin embargo es una práctica que realizan algunas parejas de Amo y sumisa tras muchos años juntos, pues su simbología dentro del mundo bdsm es similar a la de un matrimonio.

Cuerda. Desde sencillas cuerdas de cáñamo o de yute hasta cuerdas de algodón, pasando por materiales como el lino, el arroz, el coco o simplemente sintéticas, la variedad de cuerdas y colores que podemos encontrar no tiene límite. Esta herramienta resulta especialmente necesaria para practicar shibari, una práctica japonesa de bondage que ha llegado a convertirse en todo un arte en el país nipón. En cualquier caso, e independientemente del tipo de cuerda que usemos, conviene tener muy claras dos cosas: que no debemos realizar esta práctica si no sabemos lo que estamos haciendo y que siempre, siempre, siempre hemos de tener a mano unas tijeras que corten, pues los accidentes ocurren. No permitáis que una experiencia excitante termine en tragedia.

Cepo. Con un precio que ronda los cincuenta o sesenta euros y con un tamaño pequeño que resulta fácil de guardar, son la alternativa perfecta para quien ve excesivas las cruces y los paneles de inmovilización. Si bien la experiencia no es exactamente la misma, permiten una total inmovilización de manos y/o pies de la sumisa, así como de su cabeza u otras partes de su anatomía. Incluso hay cepos para testículos. Un cepo, una mordaza de bola, una venda en los ojos... ¡y a disfrutar!

Más la semana que viene. ¡No faltéis!