Guía para crear una novela erótica (2)
La semana pasada, en la primera entrega de Guía para crear una novela erótica, dimos forma a dos personajes, Esther y Andrea, que, si bien eran sencillos, tenían una buena definición y una serie de elementos básicos que nos permitían conocerlas bastante bien. Tan solo con esos pocos elementos nos resultaría muy sencillo definir la personalidad de ambas, unas personalidades premeditadamente opuestas. No resulta difícil imaginarnos a Esther como una chica inteligente, pero tímida e introvertida, con una inseguridad que su sencillo aspecto físico no contribuye a mejorar. Tampoco cuesta percibir a una Andrea que deslumbra, tanto por su personalidad fuerte, alegre e introvertida como por su aspecto físico, que, sin ser propio de una modelo de película porno, sí resulta llamativa y mucho más atrayente que el de Esther.
¿Pero qué hacemos ahora con ellas? ¡Los personajes no lo son todo!
EL ESCENARIO.
LA HISTORIA.
Una de las ventajas de contar con personajes bien desarrollados y con
un escenario bien definido, es que, a menudo, ayudan a que la
historia se cuente sola. Tenemos claro de antemano que queremos
contar una historia de romance y erotismo entre nuestras dos chicas,
pero, sin haber pensado nada más allá, ya podemos imaginarnos a la
tímida y asustadiza Esther coincidiendo en la casita de la costa
italiana con Andrea, y quedando impresionada con ella. Pero, claro,
¿cómo puede esperar que una mujer así se fije en alguien tan
vulgar como ella? Lo que Esther no sabe es que Andrea es también una
enamorada del arte, y, cuando descubre por casualidad a qué se
dedica su compañera de casa (quizás porque el viejo matrimonio que
les hace de caseros lo comentan entre ellos mientras Andrea
desayuna), decide que quiere conocerla mejor. Así, tras un encuentro
buscado por Andrea y del todo inesperado para Esther, terminan yendo
juntas a visitar un museo de arte, en el que Andrea queda
impresionada por los grandes conocimientos de su nueva amiga sobre
pintura. Tanto que, al salir, arrastra a Esther a un local cercano,
donde, para darle las gracias, le invita a unas bebidas. El alcohol,
la preciosa noche italiana y una playa desierta hacen el resto, de
manera que el amanecer sorprende a las dos chicas junto al mar,
después de una noche tan inesperada como placentera e inolvidable.
Bonito, ¿verdad?
¡Pero toda historia necesita conflicto! Tras esa noche, las
inseguridades de Eshter aumentarán ante lo sucedido, pues esa noche
de pasión con su nueva amiga ha supuesto para ella mucho más de lo
que ninguna de las dos esperaba, y ahora es incapaz de lidiar con sus
miedos y con el temor a lo que esté por llegar. Por su parte Andrea
no dará ninguna importancia a lo que para ella es solo una noche
loca más, actitud que no hará más que aumentar las dudas e
inseguridades de Esther.
A partir de aquí, solo nos queda desarrollar ese conflicto, añadir
algunas escenas tórridas entre las chicas y diseñar un buen final
para nuestra historia. ¡Ya tenemos nuestra novela erótica! Y nos ha
quedado bastante bien, ¿verdad?
Adelante, probad. Puede parecer muy complicado, ¡pero os aseguro que
no lo es tanto!