El erotismo en la literatura clásica (2)
¡Segundo y último artículo dedicado al erotismo en la literatura clásica! Si en la primera entrega estuvimos hablando de clásicos griegos y de la literatura española, en esta ocasión nos ponemos un poquito más exóticos. ¡Vamos a ello!
LAS MIL Y UNA NOCHES
Existe poca literatura clásica con un contenido de sensualidad y erotismo más alto del que podemos encontrar en Las mil y una noches. Si bien no es mucha la gente que actualmente puede decir que ha leído esta extraordinaria obra de la literatura universal, todos nosotros, incluso los niños, conocemos diferentes cuentos surgidos directamente de sus páginas. ¿Te resulta familiar Simbad el marino? ¿Tal vez Alí Babá y los cuarenta ladrones? ¿Y qué hay de Aladino y la lámpara maravillosa? Pero, más allá de las historias populares y las adaptaciones infantiles de Disney, lo cierto es que Las mil y una noches no es solamente un compendio de historias, sino que destila erotismo y sensualidad por los cuatro costados. Para empezar, la premisa de la obra es que existe un cruel rey que, tras una enorme decepción amorosa, queda furioso con todas las mujeres, y se dedica desposar y desvirgar cada noche a una joven diferente para después, al amanecer, ejecutarla. Es entonces cuando aparece en escena la ingeniosa Shahrazade, hija del visir del rey, y, convencida de que mediante su ingenio y su inteligencia puede sobrevivir a la ira del monarca, se desposa con él. Después de copular (cosa que queda patente que realizan cada noche), la muchacha narra a su esposo una historia, y guarda silencio al amanecer, interrumpiendo así la narración y dejando al rey con la intriga de qué sucederá a continuación en la historia. Debido a esto, el rey perdona la vida a Shahrazade noche tras noche, interesado siempre en seguir escuchando sus cuentos (previo fornicio, no os quepa duda). Cabe destacar aquí que buena parte de esos cuentos tiene cierta carga erótica, en ocasiones rozando incluso la sátira, como sucede en el cuento Alí con el miembro grande. Además de esto, resulta divertido y todo un reto ver de cuántas formas diferentes son nombrados los órganos sexuales y el acto del fornicio. ¡Algunos de esos nombres os harán reír!
EL DECÁMERON
No podíamos olvidarnos de El Decámeron, obra italiana considerada como uno de los máximos referentes de la literatura erótica, y cuya estructura tiene ciertas similitudes con Las mil y una noches, pues, como este, narra una serie de cuentos e historias situados dentro de una historia marco. Si bien el libro comienza hablando de la peste en tierras italianas, lo que le otorga un importante valor como documento histórico, pronto se centra en las historias que narran diez jóvenes, historias estas bien cargadas de erotismo. Conviene señalar, de nuevo como curiosidad histórica, que este libro causó no pocas complicaciones a su autor, Giovanni Boccaccio, e incluso llegó a estar prohibido por la mismísima Inquisición, a cuenta de un contenido que fue considerado, digamos, poco apropiado. Sin embargo, y afortunadamente, el arte tiende a vencer a la censura, y con el paso del tiempo El Decámeron se ha convertido por derecho propio en uno de los clásicos de la literatura universal más estrechamente relacionados con lo erótico y lo sensual.
Hasta aquí llega este doble artículo bien cargado de obras clásicas. Es mi deseo, querido lector, que no solo hayas disfrutado de su venturosa lectura sino que, además, te sientas inspirado para elegir uno (o incluso varios, ¿por qué no?) de los clásicos aquí mencionados y leerlo. ¡Leer literatura clásica siempre es enriquecedor, te lo prometo!