El arte del azote

04.08.2023

El arte del azote es un relato escrito por el francés Jean-Pierre Enard, escritor y guionista que falleció en los años ochenta. Este relato, editado por Norma Editorial en nuestro país, fue publicado como un relato ilustrado, con el excepcional Milo Manara como encargado de realizar dichas ilustraciones, lo que ya de por sí es una garantía de calidad que eleva notablemente el interés del libro resultante, El arte del azote. Sin embargo, y si bien su contenido es, evidentemente, de temática erótica, y está relacionado en concreto con los azotes (como elemento sexual), no hay que dejarse engañar por el título, que puede inducir al lector despistado a pensar que se trata de algún tipo de manual o guía sobre, valga la redundancia, el arte del azote. Pero no, porque estamos ante un relato, ante una historia que, a su vez, ofrece al lector diferentes historias.  

 La parte literaria del álbum, el relato de Jean-Pierre Enard, resulta de lo más atractivo y sugerente, además de picante y muy morboso. La historia comienza con un hombre y una mujer que se conocen en el tren, lo que lleva irremediablemente a que ella quede prendada de él cuando advierte que lleva un cuaderno manuscrito, lleno de textos e ilustraciones que quedan ocultos bajo un sugerente título: El arte del azote. Atraída por ese cuaderno como una polilla por una llama, la mujer comenzará a interesarse por esas historias, todas ellas vivencias del hombre del cuaderno, quien no pondrá reparos a la hora de narrar a esa impresionable mujer algunas de sus mejores anécdotas en relación con el arte del azote, lo que hará subir la temperatura entre ambos. El desenlace, más sorprendente de lo que puede parecer al leer la sinopsis del relato, ofrecerá un giro inesperado y divertido, broche de oro a un texto que podría calificarse de deliciosamente picante.  

 La parte gráfica, obra del maestro Milo Manara (a quien, por cierto, dedicaremos muy pronto un artículo doble), está dotada de la calidad habitual en los trabajos del autor, y añade al relato un extra de morbo y de erotismo a través de las chicas con que Manara deleita nuestra vista. La única queja que podría poner a su trabajo es que, dada la gran habilidad narrativa del autor, habría resultado sumamente interesante leer la misma historia, El arte del azote, pero en formato cómic, adaptada por el propio Milo Manara, cosa que, lamentablemente, no sucede.  

 La edición de Norma Editorial, en forma de un cuidado álbum repleto de grandes ilustraciones, es más que correcta para el producto que se nos ofrece, aunque quizás abusa demasiado de ofrecer a toda página ilustraciones que, resulta evidente, no estaban realizadas con ese propósito, sino más bien como acompañamiento. Esto, lamentablemente, empaña un poco la magnífica labor de Manara, debido al mal uso que la editorial hace de su trabajo a la hora de maquetar el álbum.

En cualquier caso, El arte del azote resulta un álbum muy recomendable para aquellos que sepan disfrutar de un buen relato erótico y que aprecien el arte de Milo Manara, si bien es cierto que existen multitud de trabajos del propio ilustrador que superan en calidad narrativa al relato de Jean-Pierre Enard, texto que, pese al interés que ofrece, habría pasado con más pena que gloria de no ser por el ilustrador que le acompaña. Sin embargo, y pese a eso, resulta muy poco honrado por parte de Norma Editorial ofrecer la obra como si fuese de Milo Manara, mediante un diseño de portada que parece hecho para confundir al cliente potencial y para que sea el nombre del ilustrador el principal aliciente comercial. Esto, además de ser una falta de respeto hacia el propio lector, lo es aún más hacia la figura del fallecido escritor de El arte del azote. Pero, viniendo de Norma Editorial, lo cierto es que no es ninguna sorpresa.