Bondage para novatos (1)

07.04.2023

¡Hoy vamos a lanzarnos a la piscina con un tema que seguro os interesará! Para aquellas personas interesadas en el bdsm, es frecuente ver escenas o imágenes de personas que practican bondage, y que aparecen atadas de formas tan diferentes como fascinantes. Sin embargo, con frecuencia ese mundillo queda demasiado lejos para la mayoría, convertido tan solo en algo que vemos de tanto en tanto, quizás con cierta curiosidad. Esto se debe a que, como es evidente, el bondage requiere de una serie de habilidades y complementos tan específicos que la mayoría de los novatos carecen de ellos, e incluso no saben por dónde empezar a aprender. Además hay que tener en cuenta que eso de jugar a atarnos, pese a que puede resultar muy excitante y morboso, es una práctica no exenta de ciertos riesgos, por lo que, en este caso, resulta especialmente importante tener en cuenta todas las medidas de seguridad propias del bdsm, de las que ya os hemos hablado en esta página en diferentes ocasiones. ¡Pero que no cunda el pánico! Aquí estamos nosotros para ayudaros, y, por eso, en este y durante los dos próximos artículos de la página trataremos de daros unas nociones básicas sobre bondage, así como de explicaros algunas prácticas sencillas y fáciles, con la intención de que podáis iniciaros en este fascinante mundo. ¡Vamos a ello!

Empecemos por el principio. ¿Qué es eso del bondage? Bien, estamos hablando de una palabra francesa que se ha dado como nombre a la práctica consistente en utilizar cuerdas y otros accesorios para atar e inmovilizar a nuestra pareja en nuestros juegos sexuales. ¡O para ser atados, naturalmente! Esta práctica está recogida dentro del bdsm (cuyas siglas, recordad, significan bondage, dominación y sadomasoquismo), y, como tal, siempre ha de ser seguro, consensuado y consentido. ¡Es fundamental, ya lo sabéis! Esto resulta particularmente importante en una práctica como es el bondage, pues ya hemos dicho que consiste en atar e inmovilizar a una de las partes de la pareja. Esto supone, antes que nada, realizar dicha práctica tan solo con personas a las que conozcamos bien y en las que podamos confiar (¡nada de bondage en las primeras citas, insensatos!), y también es fundamental que siempre nos aseguremos de tener cerca unas tijeras o un cuchillo por si es necesario cortar las ataduras de forma urgente. Además, es muy conveniente (por no decir imprescindible) que dispongamos de una palabra de seguridad, cuyo objetivo será hacer saber a nuestra pareja que algo va mal y que necesitamos interrumpir el juego con urgencia. ¡Para eso están las tijeras!

Otro aspecto que resulta fundamental es que recordemos que, al final y pese a todo, esta clase de prácticas, como tantas otras relacionadas con el bdsm, tiene dos objetivos principales: diversión y placer. ¡Así que, ante todo, hemos de recordar que lo hacemos para disfrutar! Esto significa que cada persona y cada pareja debería priorizar sus propios intereses a la hora de realizar una práctica como el bondage, en lugar de preocuparse por cómo debe hacerse. Si encontramos algo que nos gusta o nos convence, ¡no se hace y ya está! En ocasiones, cuando se trata de parejas novatas, y sobre todo si la persona que va a ser atada tiene cierto grado de miedo o ansiedad ante la idea de verse inmovilizada, puede ser una muy buena idea practicar bondage sin atar de verdad. Me refiero, claro, a descartar el uso de cuerdas, esposas o arneses, y reemplazarlos, por ejemplo, por pañuelos o esposas de juguete, utensilios de los que resulta muy fácil liberarse. ¡De esta manera evitaremos el miedo y la ansiedad, pero podremos disfrutar de la práctica! Además, tampoco es que la persona atada vaya a intentar escaparse, ¿verdad?

La semana que viene volvemos con la segunda entrega de esta guía bondage para novatos. ¡No te la pierdas!